El Nilo proporcionó a los egipcios un transporte fácil, un suelo extremadamente fértil para la agricultura, un patrón regular y predecible de ascenso y descenso y un rico coto de caza para aves, y una variedad de mamíferos. Estos ricos los recursos permitieron a los colonos construir granjas y crear excedentes de alimentos, fomentando una concentración de personas que con el tiempo se convirtieron en aldeas y luego en ciudades.
Debido a que el Nilo hizo que sea tan fácil acumular excedentes de alimentos pero que todavía tuvieron épocas de crecimiento pobres, obligó a los granjeros y cazadores a planificar el futuro. Esto requería una estructura de gobierno. Los líderes tenían que construir y mantener almacenes, predecir los años buenos y malos y defenderse contra las invasiones inevitables. Surgió un sistema de escritura para mantener buenos registros y una clase sacerdotal comenzó a trabajar para predecir el ascenso y la caída regular del Nilo.
A medida que Egipto crecía y desarrollaba complejidad, el plácido Nilo era una vía ideal para los viajeros. La comida fue llevada a lugares que tuvieron un mal año, y el comercio y los materiales de construcción navegaron río arriba en barcazas de fondo plano. Los muchos peligros del Nilo fomentaron el desarrollo de una rica religión diseñada para aplacar y controlar las fuerzas de la naturaleza: cocodrilos, hipopótamos, inundaciones y hambrunas. La riqueza de Egipto permitió el desarrollo de especialistas, como soldados, escribas y artistas. En última instancia, una civilización y una cultura centradas en el Nilo se desarrollaron y duraron más de 3.000 años.