Entre 1763 y 1775, James Watt inventó una máquina de vapor con una eficiencia mucho mayor que la de las otras máquinas de vapor en uso. Esta nueva máquina de vapor ayudó a impulsar la revolución industrial.
La máquina de vapor Newcomen, inventada en 1712, se usaba ampliamente en las minas como mecanismo de bombeo de agua cuando James Watt la encontró en 1763. Notó que la máquina desperdiciaba gran parte de la energía que generaba y finalmente ideó una cámara de condensación separada para el vapor, mejorando enormemente la eficiencia. Esta eficiencia mejorada permitió que áreas sin enormes depósitos de combustible aprovecharan la energía industrial, lo que permitió que la Revolución Industrial se extendiera por toda Inglaterra. Watt continuó mejorando su máquina, permitiéndole realizar un movimiento giratorio, que era muy adecuado para la mecanización de fábrica. Watt también inventó máquinas para copiar medallones y esculturas.