Según el Weather Channel, los métodos principales para rastrear huracanes incluyen imágenes satelitales, radar Doppler y sobrevuelos de aeronaves. Además, las estaciones meteorológicas que miden la velocidad y la dirección del viento, así como la lluvia, informan esos datos de forma inalámbrica, pueden resultar extremadamente útiles para determinar los efectos de un huracán. La mayoría de estas estaciones están ubicadas en tierra, pero las boyas en las regiones del océano que producen huracanes proporcionan un sistema de alerta temprana.
A menudo, la primera advertencia de un huracán proviene de datos satelitales. Los satélites pueden medir la temperatura del agua y del aire, así como la densidad y el movimiento de las nubes, y dar el primer signo real de la rotación que significa una tormenta tropical recién nacida. Una vez que una tormenta comienza a acercarse a tierra, los pilotos de la Fuerza Aérea y NOAA realizan vuelos de reconocimiento hacia y sobre la tormenta en desarrollo. Estos aviones a menudo colocan el sensor en la tormenta para medir las velocidades del viento en diferentes altitudes, proporcionando una imagen tridimensional de la potencia de la tormenta.
Cuando la tormenta se acerca a la costa, el radar terrestre y las estaciones meteorológicas pueden comenzar a proporcionar datos más completos sobre el movimiento de la tormenta y sus efectos, lo que permite a los meteorólogos advertir a los que se encuentran en la ruta del huracán para que evacuen si es necesario. Los modelos de computadora también son herramientas invaluables para determinar el probable movimiento de una tormenta con 24 a 48 horas de anticipación, brindando la mayor advertencia posible.
