El nicho ecológico de un organismo se refiere a su papel en su entorno particular, incluidas todas las formas en que afecta tanto a su hábitat físico como a los otros organismos que lo integran. Por ejemplo, un depredador tiene un efecto en su poblaciones de presas, así como en cualquier depredador o parásito superior que se aproveche de ellas.
Incluso los organismos que cumplen funciones similares en un entorno pueden tener nichos ecológicos algo diferentes. Dos depredadores pueden atacar a la misma especie, pero pueden ser más activos o reproducirse en diferentes momentos. La forma en que un organismo responde a los cambios en su entorno es también un aspecto de su nicho. Además, algunos organismos son capaces de alterar sus entornos de manera que afectan a otras especies, como la construcción de colmenas.
Los organismos requieren un nicho para sobrevivir. Si los nichos de dos organismos se superponen, como cuando dos depredadores cazan el mismo tipo de presa, una de las especies puede ser superada y debe enfocarse en presas diferentes o incluso desaparecer del medio ambiente. Cuando los nuevos organismos ingresan a un ambiente, deben ocupar un nicho y competir con los nichos superpuestos de los organismos existentes. También pueden alterar los nichos de otros organismos al proporcionar una nueva fuente de alimento o algún otro efecto beneficioso.