Una uña puede desprenderse de su lecho ungueal debido a una lesión, infección por hongos, afección de la piel, químicos o medicamentos, según WebMD. Las enfermedades graves también pueden hacer que las uñas se desprendan. El nombre técnico de la condición es onicolisis, señala MedicineNet.
Las lesiones en las uñas suelen ocurrir en personas que tienen uñas largas que se atascan o golpean. La uña puede separarse del lecho ungueal y eventualmente caerse después de sufrir el trauma. Las infecciones fúngicas de las uñas se acumulan debajo de la uña y hacen que se desprenda. Los síntomas de una infección por hongos en las uñas incluyen uñas que aparecen amarillas, agrietadas, rayadas, engrosadas o manchadas, afirma WebMD. La psoriasis es una afección de la piel que puede provocar que una uña se caiga, y el esmalte de uñas con acetona puede causar la misma afección. Un posible efecto secundario de la quimioterapia son las uñas separadas.
Cuando una uña se cae, no se puede volver a colocar. Una uña completa tarda hasta seis meses en volver a crecer a su longitud normal. Los pacientes deben quitar la uña, mantener el área seca para prevenir infecciones y esperar a que la nueva se vuelva a crecer, explica WebMD. Los consejos para ayudar a la curación incluyen cubrir la uña afectada con cinta adhesiva o una venda adhesiva para proteger el crecimiento; recortar una uña parcialmente desprendida para evitar que se dañe y rompa; y cubrir la uña con un ungüento antibiótico para evitar infecciones.