El glycocalyx cumple una variedad de funciones, desde permitir que las bacterias se adhieran a los objetos y mantener la córnea húmeda. Glycocalyx es el nombre general de un recubrimiento tipo gel que cubre el exterior de ciertas células. El recubrimiento está compuesto de carbohidratos y proteínas fibrosas.
Todas las bacterias tienen un glycocalyx, pero los recubrimientos de glycocalyx también se encuentran en ciertas células animales. En algunas bacterias, el glycocalyx puede formar una cubierta externa estrechamente unida llamada cápsula. La cápsula protege a la célula bacteriana de ser consumida por otras células porque cubre las moléculas que se usan para atrapar la bacteria y tirarla dentro de una célula atacante. La cápsula también hace que la célula bacteriana sea pegajosa, por lo que puede adherirse a objetos y a otras células. Esto ayuda a que las bacterias formen colonias y resisten ser expulsadas por las corrientes.
Las células animales, a diferencia de las células bacterianas, no siempre tienen un glicocalix. En los seres humanos, se encuentran células con recubrimientos de glicocalix notables en ciertos tejidos que realizan diversos tipos de trabajo. Dentro del ojo, las proteínas glycocalyx cerca de la córnea extraen agua y mantienen la córnea húmeda. Esto protege a la córnea de la infección y de la exposición al aire.
El revestimiento interno de los vasos sanguíneos humanos también contiene células productoras de glucocalix. Aquí, el glycocalyx sirve como interfaz entre la sangre y los vasos sanguíneos, regulando el paso de hormonas y nutrientes hacia y desde los órganos. También modula el número de glóbulos rojos que pasan a través de los capilares. Finalmente, en todo el cuerpo, el glicocalix se usa para identificar células como propias del cuerpo y para facilitar la comunicación entre las células en el mismo tejido.