El ejercicio, la nutrición, el alcohol, el estrés y el fumar afectan la presión arterial. La nacionalidad, la edad, la genética y las condiciones subyacentes, como la enfermedad renal, la diabetes y la gota, también son factores importantes en los recuentos de presión arterial.
Un estilo de vida activo puede disminuir la presión arterial. Dos horas y media semanales de ejercicios regulares como caminar, nadar, andar en bicicleta, subir las escaleras y caminar a clase o al trabajo reduce significativamente la presión arterial.
Utilizando los enfoques dietéticos para detener la hipertensión, o DASH, el plan de alimentación reduce la presión arterial alta o disminuye el riesgo de desarrollar presión arterial alta. La dieta DASH es baja en colesterol y grasas saturadas y alta en fibra, calcio y potasio. La dieta requiere más de ocho porciones diarias de frutas y verduras, que proporcionan altos contenidos de potasio y magnesio. El consumo excesivo de alcohol también aumenta la presión arterial, así que limite el consumo de alcohol a una o dos porciones por semana.
Se cree que el estrés a largo plazo está relacionado con la presión arterial alta. Participar en técnicas de relajación como la respiración profunda, el masaje, la terapia y la relajación progresiva pueden ayudar a disminuir la presión arterial en algunas personas. Fumar reduce los vasos que transportan la sangre por todo el cuerpo y endurece las arterias, lo que resulta en un aumento de la presión arterial. La abstinencia de fumar ayuda a las personas a mantener una presión arterial saludable.