El grosor, la longitud y la temperatura son los tres factores que se entiende que afectan la propiedad de resistencia de un material en la conducción. Estos factores también se ven afectados por el material en uso, aunque esto se considera un factor de influencia independiente.
Todos los metales tienen diferentes propiedades de conductividad. Esto hace que algunos sean más adecuados para su uso en conducción, mientras que otros son inferiores o incluso inútiles. Los tres factores influyen en estos materiales de manera uniforme, solo limitados por la conductividad inherente.
Longitud es la longitud física literal del elemento conductor. Cuanto más corto sea el elemento, mejor será su conductividad ya que la electricidad que fluye a través de él tiene una distancia más corta para viajar y, por lo tanto, puede viajar a mayor velocidad.
El ancho es la sección transversal de un conductor dado. Una amplia sección transversal permite que más electricidad se mueva a través del conductor en un momento dado. Más electricidad significa una corriente más potente y, por lo tanto, una mayor conductividad.
El factor determinante final es la temperatura, que es más complicada. Cuando un conductor está frío, los electrones pueden moverse a través de él a altas velocidades. Esto se debe a que los protones dentro del conductor no se están moviendo, o si lo están, no se están moviendo rápidamente. Los protones de un conductor caliente rebotan e interfieren con los electrones, lo que lleva a una conductividad inferior y dificultades para completar los circuitos.