Según Reading Row, las habilidades motoras finas se refieren a pequeños movimientos realizados con la lengua, los labios, los dedos, las manos, las muñecas, los dedos de los pies y los pies, mientras que las habilidades motoras gruesas se refieren a los movimientos realizados con grandes grupos musculares, como caminar y saltar. Muchas actividades requieren habilidades motoras finas y gruesas.
Las habilidades motoras finas se desarrollan en la primera infancia, según Reading Row. Desde el nacimiento hasta los 24 meses, un niño desarrolla habilidades motoras finas que incluyen agarrar objetos, juntar las manos, sostener objetos pequeños y recoger objetos. De 24 a 36 meses, las habilidades motoras finas incluyen ponerse calcetines, zapatos y otras prendas de vestir; usando una cuchara Cortar con éxito con unas tijeras; y dibujando lineas y circulos. Las habilidades motoras finas requieren movimiento con grupos musculares pequeños y están estrechamente relacionadas con la coordinación mano-ojo, mientras que las habilidades motoras gruesas utilizan grupos musculares grandes.
Como señala Reading Row, desde el nacimiento hasta los 24 meses, las habilidades motoras gruesas incluyen alcanzar objetos, agitar los brazos y las piernas, gatear, caminar, saltar y escalar. De los 24 a los 36 meses, las habilidades motoras gruesas de un niño se desarrollan en las áreas de correr, patear pelotas, saltar con ambos pies y caminar de puntillas. Las habilidades motoras finas y gruesas normalmente se desarrollan juntas porque ambas son tan esenciales para llevar a cabo las tareas.
De acuerdo con la Encyclopedia of Children's Health, las habilidades motoras finas pueden verse afectadas por lesiones, enfermedades, accidentes cerebrovasculares o afecciones médicas importantes, como parálisis cerebral y retraso mental.