Una relación de ayuda es aquella en la que una o ambas partes se benefician al relacionarse con la otra. Más específicamente, una relación de ayuda es una entre un médico o un consejero y el paciente.
Una relación de ayuda es normalmente una que ayuda a una víctima de una circunstancia a mejorar. Si, por ejemplo, alguien está lidiando con la depresión, un consejero puede ayudarlo a explorar varios problemas y luego el paciente comienza a sentirse mejor.
Para que esa relación funcione, la persona que ayuda debe ser genuina, comprensiva y decidida a lograr resultados positivos. La ayuda en este caso no se impone a la víctima. Sin embargo, se pueden hacer algunas sugerencias para que la víctima las considere.