La sangre tiene tres funciones principales. Transporta oxígeno a las células del cuerpo, dióxido de carbono a los pulmones y otros nutrientes por todo el cuerpo. La sangre también ayuda a regular la temperatura corporal y el equilibrio del pH y también protege al cuerpo de agentes patógenos invasores.
Hay tres componentes celulares principales de la sangre, cada uno de los cuales tiene una función diferente. Los glóbulos rojos, que son los más abundantes, son responsables de transportar el oxígeno desde los pulmones a las otras células del cuerpo. Los glóbulos blancos son responsables de envolver y destruir bacterias invasoras, virus y otros patógenos. Las plaquetas son responsables de la formación de coágulos sanguíneos cuando se produce una lesión.
Los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas flotan en una matriz fluida conocida como plasma. Además de proporcionar transporte para las células sanguíneas, el plasma cumple otras funciones. Transporta productos de desecho de las células del cuerpo a los riñones, donde pueden filtrarse y excretarse en la orina. El plasma también transporta el dióxido de carbono a los pulmones, donde puede ser exhalado, y transporta hormonas de las glándulas a los tejidos y órganos del cuerpo. El plasma tiene un pH de 7.35 a 7.45, y al absorber compuestos ácidos y básicos a medida que viaja por el cuerpo, ayuda a mantener el pH del cuerpo dentro de un rango estrecho.