Un episodio vagal, también conocido como síncope vasovagal, es una causa común de desmayos que conduce a un breve período de inconsciencia. Según la Clínica Mayo, la condición generalmente es inofensiva, pero una persona que experimenta un episodio vagal puede lesionarse al desmayarse.
La Clínica Mayo señala que un episodio vagal ocurre cuando el cuerpo reacciona de manera exagerada a ciertos factores desencadenantes, como la visión de la sangre, lo que lleva a una disminución temporal del flujo sanguíneo al cerebro debido a una caída en la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Los síntomas que pueden preceder a un episodio vagal incluyen mareos, visión de túnel, náuseas, sudor frío y visión borrosa. Si las personas con esta afección se levantan dentro de los 15 a 30 minutos de haber despertado de su episodio, corren el riesgo de experimentar otro episodio. El desmayo también puede ser un síntoma de una afección más grave, por lo que es importante consultar a un médico después de experimentar un episodio vagal.
Los desencadenantes comunes que pueden llevar a un síncope vasovagal incluyen estar de pie durante períodos prolongados, miedo a lesiones corporales, esfuerzo físico y exposición al calor. Según la Clínica Mayo, el síncope vasovagal se diagnostica cuando se descartan condiciones alternativas mediante electrocardiogramas, pruebas de esfuerzo con ejercicios y análisis de sangre, entre otros. Aunque el tratamiento no suele ser necesario, el medicamento midodrine, que se usa para tratar la presión arterial baja, suele recetarse para prevenir los episodios.