Un ejemplo del efecto Tyndall es que los faros de un automóvil no pueden brillar a través de la niebla. Los faros no pueden penetrar la niebla porque es una sustancia coloidal, lo que significa que la niebla se hace de partículas dispersas. Cuando la luz incide sobre una sustancia con partículas dispersas, choca con las partículas, lo que hace que la luz se disperse en múltiples direcciones.
Otro ejemplo del efecto Tyndall es la forma en que ciertos ojos parecen ser azules. Esto se debe a que la capa turbia de ojos azules contiene menos melanina, una sustancia que absorbe la luz. Con menos melanina, las longitudes de onda de la luz pueden pasar a través de la capa turbia. La onda de luz más corta refleja un color azul, por lo que este es el color que el ojo parece tener.
Este mismo efecto se produce cuando la harina se mezcla con agua en un vaso. Cuando se ilumina una luz en el vidrio, la mezcla parece ser azul. Esto se debe a que solo la onda de luz más corta, que es azul, puede pasar a través de la mezcla densa. En última instancia, el efecto Tyndall es una forma de determinar si una sustancia es una verdadera solución o un coloidal. En general, las sustancias coloidales contienen partículas más grandes, que dispersan la luz y evitan que la luz pase por la sustancia.