Un ejemplo de una relación de parasitismo es la de las garrapatas, pulgas, piojos o sanguijuelas en un huésped como un humano o un perro. Una relación de parasitismo es cuando una de dos plantas o animales gana a expensas de la otra sin matarla.
Otra forma de parasitismo se puede observar con parásitos de cría donde los huevos se depositan en otro nido de aves o insectos para que las otras especies eclosionen y críen. El cuclillo común parasita a una amplia gama de diferentes aves, incluidas las currucas de caña y monos. El color de cada huevo depende de los genes de la madre, por lo que cada cuco diferente, y todos sus futuros descendientes, se especializan en parasitar una determinada especie de ave.