La fricción es la resistencia que una superficie encuentra cuando se mueve sobre otra. Es el producto de fuerzas electromagnéticas fundamentales, y se produce tanto entre sustancias sólidas como fluidas. Hay tres leyes fundamentales que dictan la fuerza de la fricción deslizante. Todas las formas de fricción convierten la energía cinética en calor.
La fricción es la fuerza de resistencia entre las superficies. Hay fricción entre diferentes tipos de superficies. La fricción seca es la fricción lateral entre dos superficies sólidas en contacto. Se subdivide en fricción estática, que es fricción entre superficies que no se mueven, y fricción cinética, o fricción entre superficies en movimiento.
La fricción fluida es la fricción entre los materiales viscosos que se mueven entre sí. La fricción interna es la fuerza de resistencia entre los elementos que forman un material sólido mientras sufre deformación.
La fricción produce calor a partir de la energía cinética. Esto es visible cuando una persona hace fuego frotando dos palos de madera. La fricción también produce calor en líquidos cinéticos, como es el caso cuando una persona almacena un líquido viscoso.
Las Leyes de la fricción seca, descubiertas entre los siglos XV y XVIII, se utilizan para determinar la fuerza de fricción dentro de un sistema. La primera ley de Amontón dicta que la fricción es directamente proporcional a la carga aplicada. La segunda ley de Amonton establece que la fuerza de fricción es independiente del área de contacto. La Ley de fricción de Coulomb estipula que la fricción cinética es independiente de la velocidad de deslizamiento.