El sol proporciona energía a la Tierra en forma de calor, que utiliza para calentar la superficie, los océanos y la atmósfera de la Tierra. La energía térmica que se encuentra en la atmósfera es uno de los componentes principales del clima y el cambio climático de la Tierra, según Ventanas al Universo.
El sol emite radiación y energía calorífica. La cantidad de radiación que recibe la Tierra depende de la posición de la Tierra y la cantidad de nubes en la atmósfera de la Tierra. La radiación emitida por el sol afecta los patrones climáticos de la Tierra y su temperatura general. La actividad solar, como las erupciones solares o las manchas solares, aumenta la cantidad de radiación que emite el sol y hace que la Tierra tenga cambios dramáticos de temperatura.
La luz solar es un componente importante que impulsa la fotosíntesis en la Tierra. Las plantas verdes pueden aprovechar esta energía y utilizarla para producir alimentos vitales que las personas consumen, incluido el oxígeno que respiran para mantener la vida.
El calor del sol calienta los océanos y es crucial para el ciclo del agua, que proporciona agua esencial para todos los organismos. Además, el sol calienta la atmósfera de la Tierra, lo que influye directamente en el clima y los patrones climáticos que experimentan a diario las personas en el planeta.