La fragmentación del hábitat se produce cuando un hábitat se altera o se desconecta. Como resultado, hay una separación espacial en un hábitat que redistribuye las especies y organismos dentro del hábitat.
La fragmentación del hábitat puede ocurrir de forma natural o como resultado de los humanos. Naturalmente, los glaciares, la actividad volcánica, los movimientos de las placas tectónicas, el aumento del nivel del mar y el cambio climático pueden hacer que los hábitats se fragmenten y desunen. Estas ocurrencias pueden hacer que hábitats pequeños, como los microorganismos, cambien drásticamente o que afecten a un hábitat más grande, como una gran masa de tierra. Los humanos también causan la fragmentación del hábitat al construir nuevos edificios, alterar los paisajes y derribar o plantar árboles.