La evolución biológica se define como organismos que se reproducen pero experimentan cambios con cada generación. La evolución puede ocurrir en un contexto pequeño y grande. Hay pequeños cambios genéticos entre generaciones, así como grandes cambios que ocurren a lo largo de varias generaciones.
Para que un cambio se defina como evolución biológica, tiene que ocurrir debido a influencias genéticas. Por ejemplo, un árbol que pierde sus hojas no es una evolución biológica, pero si esas hojas se vuelven de un tono más oscuro de verde durante varias generaciones, es.
Una teoría que sustenta la evolución biológica es que todas las especies descendieron de un ancestro común. Eventualmente, se fueron separando en diferentes especies a medida que se adaptaban a sus respectivos estilos de vida y entornos. Un ejemplo de una especie que se adapta a su entorno y estilo de vida es que los humanos desarrollan una postura bípeda. Antes de caminar erguidos, los humanos se movían como monos, lo que significaba que usaban sus manos y sus piernas. Cuando llegó la necesidad de pasar menos tiempo trepando árboles y más tiempo evadiendo a los depredadores, los humanos evolucionaron gradualmente para caminar erguidos. Esto significó que la curvatura de sus espinas cambió y sus caderas se estrecharon. El bipedalismo también representa un cambio evolutivo, ya que una pelvis más estrecha dificulta que las hembras den a luz.
