Los iones de silicio pueden tener una carga de cuatro positivos, dos positivos o cuatro negativos. La carga depende del elemento con el que se ha adherido la silicona.
El silicio no se produce solo en la naturaleza porque los iones de silicio se unen a otros elementos con cargas opuestas para formar diversos compuestos. Por ejemplo, el dióxido de silicio es el compuesto más común en la corteza terrestre. Viene en muchas formas diferentes, incluyendo arena, cuarzo, amatista, ágata, jaspe, pedernal y ópalo. Incluso el gel de sílice, un absorbente de humedad común, está hecho de dióxido de silicio. El carburo de silicio es casi tan duro como los diamantes, y se usa a menudo para pulir materiales más blandos.