La capa papilar es la capa externa de la dermis, mientras que la capa reticular es la capa interna de la dermis. Según el Instituto Nacional del Cáncer, ambas capas contienen fibras de colágeno. Los de la capa papilar están dispuestos en una lámina delgada, mientras que los de la capa reticular son más gruesos y se depositan en paralelo con la superficie de la piel.
El trabajo principal de la capa papilar es suministrar nutrientes a varias partes de la epidermis, o capa externa de la piel, y regular la temperatura del cuerpo. Para ello, la capa papilar hace uso de un sistema vascular especializado ubicado dentro de la capa. El Instituto Nacional del Cáncer explica que este sistema vascular mantiene la temperatura del cuerpo al aumentar o disminuir la cantidad de flujo de sangre que pasa a través de esta capa. Por ejemplo, si la temperatura del aire es muy baja, el cuerpo contraerá estos vasos sanguíneos para evitar que la sangre se enfríe y enfríe el resto del cuerpo. Por el contrario, un cuerpo que está demasiado caliente puede aumentar el suministro de sangre a la piel, lo que ayudará a irradiar parte del exceso de calor del cuerpo, logrando un efecto de enfriamiento.
El National Cancer Institute describe la capa reticular como más gruesa que la capa papilar, y más responsable de la estructura, el soporte y la elasticidad. La capa reticular contiene estructuras tales como glándulas sebáceas, folículos pilosos y glándulas sudoríparas.