H 2 S es sulfuro de hidrógeno. Este gas es incoloro y extremadamente peligroso. Ocurre durante la descomposición de desechos humanos y animales y otra materia orgánica.
La inhalación de pequeñas concentraciones de sulfuro de hidrógeno puede provocar irritación en los ojos, la nariz y la garganta, y cuando una persona tiene una exposición prolongada al gas, los síntomas se intensifican. Mareos, dolores de cabeza, náuseas, golpes, convulsiones y la muerte son posibles si se inhala el gas y no se obtiene aire fresco.
En niveles bajos, el sulfuro de hidrógeno presenta un olor que se parece a los huevos podridos. En altas concentraciones, el cerebro pierde su capacidad para detectar el gas a pesar del hecho de que el gas todavía está presente.