El suelo se forma a partir de un material padre depositado en la superficie de la Tierra, como una roca erosionada o materiales pequeños transportados por vientos, movimientos de glaciares e inundaciones de ríos. El material parental se transforma o se transforma en suelo con el tiempo. Los principales factores que afectan la formación del suelo son el material parental, el clima, el paisaje, los organismos vivos y el tiempo.
El suelo está formado por capas, que a veces se denominan horizontes. Cuando se ponen juntas, estas capas forman un perfil de suelo. El suelo es dinámico y gradualmente se ve diferente de su material principal a medida que envejece. Comprende varios materiales, como agua, aire, minerales, organismos y materia orgánica. Estos componentes cambian constantemente. A medida que pasa el tiempo, algunos de estos componentes se pierden y se agregan otros nuevos. Algunos también se transforman en otras formas, y otros se mueven en diferentes capas dentro del suelo.
El material primario es el factor más importante que afecta la textura del suelo. El material principal de la mayoría de los suelos es el sedimento o la roca sólida. El clima, que abarca la temperatura, la lluvia y la nieve, juega un papel importante en la descomposición de rocas y en la determinación del tipo de suelo. El paisaje influye significativamente en el espesor y desarrollo del suelo. Las pendientes pronunciadas, como las laderas, suelen tener un suelo delgado porque la lluvia lava el suelo. Animales, vegetación y fauna trabajan juntos para desarrollar la estructura del suelo. Los seres humanos también han tenido una influencia considerable en la formación del suelo a través de la agricultura y otras actividades terrestres. Por último, el suelo necesita mucho tiempo para formarse. Se necesitan décadas para desarrollar solo un centímetro de suelo en sedimentos blandos.