El desequilibrio de la homeostasis se produce cuando el entorno interno del cuerpo no puede mantenerse en equilibrio ante las influencias internas, externas y ambientales. Se cree que el mal funcionamiento celular, resultante del desequilibrio de la homeostasis, es un factor subyacente responsable de la mayoría de las enfermedades.
El desequilibrio de la homeostasis ocurre cuando las células en el cuerpo experimentan una deficiencia, como las deficiencias nutricionales que resultan de una dieta poco saludable, o cuando las células están expuestas a toxinas. El desequilibrio de la homeostasis puede deberse a tres influencias principales: influencias internas, como el envejecimiento y la genética; influencias externas, como la nutrición, la actividad física, la salud mental y el abuso de drogas y alcohol; y la exposición a toxinas ambientales.
Los períodos prolongados de desequilibrio en el sistema interno del cuerpo pueden dar lugar a una serie de enfermedades, como diabetes, deshidratación, hipoglucemia, hiperglucemia y gota, así como a enfermedades resultantes de las toxinas del torrente sanguíneo. El estrés es también un factor importante que afecta a la homeostasis fisiológica. Según la Organización Mundial de la Salud, el 90 por ciento de las enfermedades pueden atribuirse directamente a los niveles de estrés, lo que puede tener un impacto significativo en la salud y puede llevar a un mal funcionamiento celular y un entorno interno inestable. Un estilo de vida saludable y libre de estrés es crítico en la prevención del desequilibrio de la homeostasis e incluye una nutrición adecuada, descanso, ejercicio y medicina preventiva.