Los tsunamis tienen numerosos impactos negativos en las personas: causan enfermedades y lesiones, incluso la muerte, causan falta de vivienda y pérdida de empleos y destruyen la infraestructura en las comunidades humanas. Los tsunamis representan amenazas a corto y largo plazo para las economías y la salud humana. A menudo contaminan los suministros de alimentos y agua, dañan las líneas eléctricas y causan daños al traer escombros a los hogares.
A corto plazo, los tsunamis conllevan el riesgo de lesiones traumáticas e infecciones, ya que las personas sufren lesiones a causa de los desechos que se mueven y las laceraciones. El riesgo de brotes de enfermedades, junto con las enfermedades transmitidas por los alimentos y las transmitidas por el agua, aumentan después de la exposición al tsunami. Los tsunamis dañan la tierra y la infraestructura, haciendo que las empresas sean incapaces de producir y paralizando las operaciones agrícolas, a su vez reducen la vitalidad económica en las áreas afectadas.