La médula oblongada es la parte del cerebro que controla funciones como la presión arterial, la frecuencia cardíaca, los reflejos y los vómitos. En esencia, controla todos los reflejos involuntarios del cuerpo.
La médula oblongada se encuentra en la base del tallo cerebral. Es una masa pequeña, en forma de cono, que se encarga de regular ciertas funciones corporales autónomas. Estas funciones incluyen la deglución, respiración, estornudos y funciones de los vasos sanguíneos. Recibe su suministro de sangre de varias arterias y contiene muchas fibras nerviosas.
El daño a la médula oblonga debido a una enfermedad o lesión puede ocasionar dificultad para tragar o respirar y puede causar la muerte.