¿Qué condiciones causan dolor pancreático?

Los trastornos como la pancreatitis aguda, crónica y hereditaria causan dolor pancreático o abdominal, según la Fundación Nacional del Páncreas. Los síntomas de la pancreatitis incluyen náuseas, vómitos, diarrea y dolor en la región abdominal. Las pruebas a menudo son difíciles debido a la posición del páncreas, que se encuentra en los abdominales cerca de la columna vertebral. Los médicos realizan análisis de sangre, tomografías computarizadas, resonancias magnéticas y ecografías para determinar si el dolor se debe al páncreas y para evaluar la estructura general del órgano.

Un ataque de pancreatitis aguda aparece repentinamente y causa inflamación, afirma la Fundación Nacional del Páncreas. Los cálculos biliares son la causa más común de pancreatitis aguda, aunque otras causas posibles incluyen traumas, infecciones, anomalías hormonales, medicamentos y consumo de alcohol. En algunos casos se desconoce la causa. Los pacientes generalmente se recuperan de la condición; sin embargo, a partir de 2015, los medicamentos no son formas efectivas de tratamiento.

La pancreatitis crónica se produce debido a una enfermedad progresiva y la destrucción del órgano, explica la Fundación Nacional del Páncreas. El consumo excesivo de alcohol con mayor frecuencia causa pancreatitis crónica, y los pacientes deben abstenerse de beber para tratar la condición de manera efectiva. El manejo del dolor, la digestión de los alimentos y el apoyo nutricional forman parte del plan de tratamiento. La pancreatitis crónica presenta síntomas similares a la pancreatitis aguda, lo que dificulta el diagnóstico preciso. La desnutrición, la pérdida de peso y la diabetes pueden desarrollarse en etapas avanzadas.

La pancreatitis hereditaria se asocia generalmente con anomalías del páncreas o del intestino que pasan a través de la genética, según la National Pancreas Foundation. Los pacientes pueden tener ataques agudos seguidos de una progresión a pancreatitis crónica. Las pruebas genéticas son útiles para determinar el riesgo de un individuo de desarrollar la afección, que generalmente se debe a la fibrosis quística.