Las bacterias se alimentan de materiales tan variados como el aceite de soja, el azúcar, el almidón, el azufre, los aminoácidos, el hierro, la leche, la carne e incluso los compuestos de madera. Algunos tipos de bacterias son fotosintéticas y producen su propio alimento de la luz del sol. Otros absorben la nutrición de la superficie donde viven.
Las bacterias existen como una sola célula y hay miles de especies. La dieta de las bacterias está generalmente determinada por su categoría metabólica. Las categorías son amplias pero se dividen libremente en uno de tres grupos: litótrofos, organótrofos o fotótrofos. Las bacterias litotróficas consumen material inorgánico, mientras que las bacterias organotróficas obtienen su energía de los compuestos orgánicos. El proceso de bacterias que descomponen los alimentos para obtener energía se denomina respiración. Las bacterias fototróficas obtienen su energía directamente del sol. Algunas bacterias se alimentan de materia en descomposición y ayudan a descomponer los desechos ambientales. Otros obtienen sus alimentos al descomponer los productos químicos en los entornos circundantes. Algunos incluso consumen productos nocivos como el petróleo, el arsénico y los residuos nucleares. Las bacterias no consumen alimentos al masticar o tragar en la boca de la misma manera que otros organismos vivos consumen alimentos. En su lugar, absorben nutrientes a través de canales en las paredes de las membranas y las células. Las bacterias pueden alimentarse solas o en grupos que se agrupan, formando cadenas, cuadrados o varios pares.