Una grapadora es un ejemplo de una palanca de segunda clase. Las palancas se designan como segunda clase si la carga está situada entre el punto de apoyo o punto de pivote y el punto donde el esfuerzo o la fuerza es aplicado.
La fuerza aplicada al extremo abierto de la grapadora cierra la grapadora en su bisagra y conduce la carga, las grapas, a través del papel. En palancas de primera clase, como el balancín, el punto de apoyo se sitúa entre el esfuerzo y la carga. Las palancas de tercera clase tienen el esfuerzo entre el punto de apoyo y la carga, y se basan en una mayor fuerza para mover pequeñas cargas largas distancias. Los palos de golf y los palos de hockey son ejemplos de palancas de tercera clase.