¿Qué adaptaciones tienen las morsas?

¿Qué adaptaciones tienen las morsas?

Las adaptaciones más prominentes de las morsas son sus colmillos, que usan para muchos propósitos. Otras adaptaciones incluyen bigotes sensibles, que les ayudan a ubicar los alimentos, y la grasa debajo de sus gruesas pieles, que les proporciona energía y los protege contra el frío ártico.

Las morsas masculinas y femeninas tienen dientes caninos prominentes llamados colmillos, que pueden extenderse hasta 3 pies de largo y pesar hasta 12 libras. Las morsas usan sus colmillos para abrir agujeros para respirar en las capas de hielo y salir del agua a lo largo del hielo. Los toros de morsa también usan colmillos como armas cuando luchan entre sí por el territorio y para proteger a los harenes de hembras.

Las morsas tienen ojos pequeños y mala visión, por lo que sus vibrisas, o bigotes, son imprescindibles para localizar moluscos, pepinos de mar, cangrejos y gusanos de los que dependen principalmente para su alimentación. Las vibrisas no son meras cerdas sino que tienen sangre y nervios y están unidas a los músculos.

Con sus hocicos abajo, las morsas usan sus aletas traseras para impulsarse a sí mismas mientras rozan el sedimento en el fondo marino. Con sus labios y encías, retiran la carne blanda de sus presas y expulsan las conchas. Aunque las morsas no suelen comer pescado, su tamaño y peso les permiten aprovecharse de focas pequeñas de vez en cuando.