Las semillas de lino generalmente se consideran seguras para los adultos normales y sanos cuando se toman por vía oral, pero posiblemente no lo sean para las mujeres embarazadas o en período de lactancia, así como para las personas con trastornos hemorrágicos, diabetes o presión arterial alta o baja, informa WebMD. La semilla de lino cruda o inmadura es peligrosa y puede ser venenosa.
Los pacientes diagnosticados con niveles altos de triglicéridos deben evitar ciertas formas de semillas de lino, que podrían aumentar aún más estos niveles, según WebMD. Además, las personas con una obstrucción gastrointestinal deben evitar las semillas de lino debido a que la semilla de lino puede empeorar la obstrucción.
Algunos efectos secundarios potenciales de la ingestión de semillas de lino incluyen hinchazón, gases, estreñimiento o diarrea, y dolor de estómago o dolor abdominal, afirma WebMD. Se recomienda beber muchos líquidos al tomar semillas de lino para evitar que ocurran posibles bloqueos intestinales.
Las personas con colesterol alto suelen utilizar la semilla de lino, ya que puede ayudar a reducir las lipoproteínas de baja densidad, también conocidas como colesterol malo, explica WebMD. Un régimen de semillas de lino oral consistente puede ayudar a mejorar la función hepática en pacientes diagnosticados con trastornos autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico. Los pacientes con trastornos cardíacos que causan el endurecimiento de las arterias pueden beneficiarse de un régimen de semillas de lino.