Los monos son muy sociables e interactúan a través de juegos tontos, abrazos, entrelazando colas y tomados de la mano. Son inteligentes y juguetones, y disfrutan divirtiéndose unos con otros a través de los juegos. Los adultos pueden sentarse uno junto al otro y tocarse las caras entre sí como un medio para fortalecer los lazos sociales.
Los monos también usan expresiones faciales para expresar amor, miedo o tristeza. El aseo excesivo, que a menudo puede parecer un comportamiento tonto para los humanos, es una parte integral de la interacción social a través del tacto. Los monos pasan largas horas en peinarse con cuidado y atención a través del pelaje de otros con sus dedos, eliminando escombros e insectos. Es una forma de mostrar afecto, paz y subordinación.
El juego y el comportamiento tonto en monos jóvenes también ayudan a desarrollar habilidades motoras. Los investigadores han descubierto que los monos macacos Rhesus machos tienen más intención de jugar a la lucha que las hembras. Como adultos, los varones deben estar preparados para defender agresivamente a la tropa, habilidades que se desarrollan a través de escalar, luchar y perseguir comportamientos cuando son jóvenes. Los jóvenes varones también participan en el juego por períodos de tiempo más prolongados que las mujeres.
El temblor de cabeza en chimpancés, orangutanes y gorilas puede parecer frívolo y tonto, pero es un movimiento social que se aprende en la infancia. Los monos bebés levantan la cabeza durante la lactancia. Los que no quieren alimentarse sacuden la cabeza. El comportamiento llega a la edad adulta, cuando mover la cabeza, bostezar, sonreír o jalar los labios también puede ser un signo de agresión.