Los pandas están en peligro principalmente debido a la pérdida de hábitat, pero también sufren pérdidas debido a la caza furtiva. Son extremadamente difíciles de reproducir en cautiverio, y los programas de cría en cautividad no han tenido el éxito suficiente para reemplazar a los cautivos existentes pandas, y mucho menos reponer poblaciones silvestres.
Los pandas gigantes están fuertemente protegidos en su China natal, con varias áreas de vida silvestre designadas y leyes extremas contra el secuestro. No obstante, las actividades turísticas en sus áreas perturban sus hábitats, y los habitantes locales también los amenazan con la recolección de los bosques de bambú, que son su principal fuente de alimento. Sus áreas protegidas están en 20 parches separados, y los pandas tienen dificultades para moverse de uno a otro.