Los minerales que se encuentran en el agua del grifo incluyen calcio, sodio y magnesio. El selenio, el potasio y la sílice también se pueden encontrar en el agua del grifo, según la ubicación. Las cantidades de estos minerales en el agua potable tienen consecuencias para la salud y el funcionamiento adecuado de los sistemas y aparatos de plomería.
El calcio, el potasio, el selenio y el magnesio son necesarios para una buena salud. Existen estudios que muestran que las personas que beben agua con minerales están más hidratadas que las que beben agua desmineralizada. Sin embargo, demasiados minerales en el agua del grifo pueden hacer que el agua se vuelva "dura". El agua dura puede dejar un material conocido como cal dentro de las tuberías. Con el tiempo, la cal puede llegar a ser tan espesa que puede disminuir la presión del agua o cortar completamente el flujo de agua. Eventualmente, las tuberías afectadas deberán reemplazarse, lo que es un trabajo costoso y que consume mucho tiempo.
Limescale también puede obstruir las tuberías que alimentan las lavadoras y otros electrodomésticos que utilizan agua, lo que puede acortar la vida útil del aparato. Los minerales en el agua del grifo también pueden dejar la ropa sucia cuando sale del lavado, y pueden dejar residuos y anillos en la bañera y en la ducha que pueden ser difíciles de eliminar.