Los bigotes de un gato contienen nervios sensibles que le permiten al animal juzgar la distancia y el espacio de manera efectiva y detectar objetos en la oscuridad para evitar el peligro. Al cepillar suavemente los bigotes contra un objeto, un gato gana un Sentido extra de lo que está cerca como medio de protección.
Los folículos que albergan los bigotes de un gato tienen terminaciones nerviosas profundas que transmiten sensaciones de objetos al cerebro. Las puntas sensoriales al final de los bigotes captan las vibraciones ambientales que detectan movimientos leves u obstáculos cercanos. Además de captar los movimientos de un depredador, los bigotes le permiten al felino descubrir una presa cercana. Los gatos pueden usar sus bigotes para evaluar espacios reducidos para esconderse o cambios en las corrientes de aire.
Estos detectores especiales se encuentran en el hocico, el labio superior, las cejas, la barbilla y cerca de los pies de un gato. Las ubicaciones de los bigotes en varias partes del cuerpo permiten al gato sentir todas las áreas frontales y laterales que está inspeccionando. Los músculos complejos permiten que el felino mueva sus bigotes en varias direcciones y alcance un lugar antes de avanzar. Esto es especialmente útil para trepar árboles o cercas. Los bigotes benefician a los gatos de todo tipo domesticados o silvestres. Los gatos de todos los tamaños los utilizan para las actividades diarias, como cazar, esconderse, escalar o tener una idea de lo que está por delante.