Los federalistas querían reemplazar los artículos originales de la Confederación de los Estados Unidos porque otorgaban al Congreso un poder limitado para gobernar o regular los asuntos internos. Para 1786, los Estados Unidos estaban en bancarrota como resultado del costo La guerra revolucionaria y el gobierno federal no tenían poderes tributarios. El Congreso tampoco pudo resolver de manera efectiva el creciente comercio y las disputas regionales que se desarrollan a nivel estatal y los federalistas buscaron crear un gobierno federal más fuerte que pudiera intervenir de manera efectiva cuando fuera necesario.
Los federalistas vieron el reemplazo de los Artículos de la Confederación de 1777 como un paso vital para fortalecer el gobierno federal y brindar una solución a los problemas derivados de la falta de autoridad práctica originalmente otorgada al Congreso. La insurrección armada contra el gobierno estatal de Massachusetts en 1786, conocida como la Rebelión de Shays, movilizó aún más el llamado de los federalistas a un gobierno central más fuerte. El gobierno federal no pudo formar un ejército para responder a la rebelión, que fue en parte alimentada por la situación económica debilitante creada por la incapacidad del Congreso para remediar los efectos de la deuda creada por la Guerra de la Independencia.
Los delegados de los estados se reunieron en Filadelfia en 1787 para comenzar las deliberaciones sobre la revisión de los Artículos de la Confederación. Los federalistas favorecieron un reemplazo por una nueva Constitución de los Estados Unidos, mientras que los antifederalistas argumentaron que el gobierno federal ya tenía demasiado poder y que se debería otorgar mayor autonomía a los estados. Tras largos debates y un acuerdo final sobre un sistema de controles y balances, se redactó una nueva Constitución de los Estados Unidos. Debido al apoyo de George Washington y al ingenio de sus partidarios, la nueva Constitución de los Estados Unidos fue ratificada por los estados y el 4 de marzo de 1789 se estableció como la fecha para que el nuevo gobierno tomara el poder.