Comenzando en Europa en 1939, la Segunda Guerra Mundial se libró entre el Eje (Alemania, Japón e Italia) y los Aliados (Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética). Los Estados Unidos se mantuvo neutral durante los dos primeros años de conflicto, pero se vio obligado a ingresar en respuesta al ataque japonés a la flota estadounidense en Pearl Harbor el 7 de diciembre de 1941.
Al principio, los Estados Unidos estaban aliados con Gran Bretaña y Francia, dos países que ya estaban involucrados en la guerra. El presidente Roosevelt proporcionó armas a estos aliados para apoyar su lucha contra Alemania, y este apoyo aumentó después de que Francia fuera invadida en junio de 1940. Roosevelt aprobó la Ley de Préstamo y Arrendamiento en marzo de 1941, que permitía el otorgamiento directo de préstamos, arrendamiento, venta y trueque de Armas entre Gran Bretaña y los Estados Unidos.
Después del bombardeo de Pearl Harbor, el Congreso de los Estados Unidos votó para declarar la guerra. Poco después de esta decisión, Adolf Hitler declaró la guerra a los Estados Unidos. La entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un importante punto de inflexión que llevó a las victorias de los Aliados en la Batalla de Midway (1942); La invasión de Italia (1943); La invasión aliada de Francia (1944); y la eventual rendición de las potencias del Eje en 1945.