Las hojas se vuelven de color marrón principalmente debido al estrés ambiental. El clima cálido, seco y ventoso puede hacer que la tasa de transpiración de una planta supere la tasa de absorción de agua. Cuando esto sucede, se pierde más agua de las hojas a través de la transpiración de lo que es absorbida por las raíces del suelo, lo que lleva a la quemadura de la hoja.
Las plantas con sistemas de raíces inadecuados son susceptibles a quemaduras en las hojas. Estas deficiencias son a menudo el resultado de problemas subyacentes, como el registro de agua y la aplicación excesiva de fertilizantes. La extracción de agua destruye las raíces de las plantas al privarlas de oxígeno e inhibir el desarrollo de nuevas raíces. Los sistemas de raíces de las plantas anegadas no pueden absorber suficiente agua para compensar las pérdidas de agua debidas a la transpiración. La aplicación excesiva de fertilizante, por otro lado, causa un aumento en la concentración de sal en el suelo y puede quemar las raíces de las plantas. También eleva la concentración de sal del suelo por encima de la de la planta, lo que contribuye a la quemadura de la hoja.
El dorado de las hojas también puede ser un signo de quemadura bacteriana de las hojas, una enfermedad incurable y contagiosa causada por una bacteria conocida como Xylella fastidiosa. Esta enfermedad causa que las puntas de las hojas de las plantas se vuelvan marrones y luego se extiendan lentamente a lo largo de las ramas, lo que lleva a un pardeamiento general. Las puntas de las hojas se vuelven de color marrón primero porque están más alejadas de las venas que transportan el agua desde las raíces a otras partes de la planta.