Los metanógenos viven en ambientes anaeróbicos, como pantanos, marismas, rumen de ganado, intestino de termitas y lodos de aguas residuales. Estas bacterias son quimioautótrofos, que utilizan hidrógeno como fuente de electrones para reducir el dióxido de carbono. Emiten metano como producto de desecho de este proceso.
Los metanógenos son microorganismos anaerobios unicelulares. Son litotrofos y producen su propia energía a través del proceso de metanogénesis. En sus hábitats, los metanógenos degradan moléculas orgánicas complejas y compuestos para ayudar a reciclar elementos y nutrientes en el ecosistema. En total, producen aproximadamente 109 toneladas de metano por año, aproximadamente la mitad de las cuales escapa a la atmósfera.