Las células animales no tienen paredes celulares porque no las necesitan. Las paredes celulares, que se encuentran en las células vegetales, mantienen la forma de la célula, casi como si cada célula tuviera su propio exoesqueleto. Esta rigidez permite que las plantas se mantengan erguidas sin necesidad de huesos o musculatura.
En general, es una ventaja para las plantas mantenerse erguidas y crecer lo más alto posible. Las plantas necesitan luz solar, por lo que crecer más alto que las plantas vecinas hace que sea más probable que la planta sobreviva y se reproduzca con éxito. Para los animales, la altura también puede ser una ventaja, pero la mayoría de los animales tienen esqueletos y musculatura. No necesitan la red rígida que las paredes de las celdas proporcionan para mantenerse en pie.
Además, la mayoría de los animales pueden moverse, y esta capacidad es una ventaja enorme cuando se trata de alimentarse, encontrar un compañero y escapar de los depredadores. Si los animales tuvieran paredes celulares de la misma manera que las plantas, serían incapaces de moverse. Los animales que no se mueven, como el coral y las esponjas marinas, tienden a crecer en grupos comunales y desarrollan estructuras muy similares a las plantas.
Los animales y las plantas evolucionaron de manera diferente, cada uno de acuerdo con diferentes conjuntos de necesidades. Para los animales, la movilidad era una gran ventaja. Tener células sin la rigidez de las paredes celulares significaba una mayor flexibilidad y movilidad.