Los productos de la glucólisis son dos moléculas de piruvato, dos moléculas de NADH y una red de dos moléculas de trifosfato de adenosina, iones de hidrógeno y agua. La glucólisis es uno de los procesos más fundamentales utilizados por los organismos vivos para descomponer el azúcar y producir energía almacenada en sus enlaces químicos.
El proceso de glucólisis comienza con glucosa, un azúcar de seis carbonos, dos átomos de fósforo y dos moléculas, cada una de ellas, de adenosina diphospahate nicotinamida adenina dinucleótido iones. Los seis carbonos se dividen durante la glucólisis y cada mitad forma una molécula de piruvato de tres carbonos. El piruvato se descompone aún más a través de la respiración aeróbica, liberando nueve veces más energía que la glucólisis. De forma anaeróbica, los animales y las bacterias convierten el piruvato en ácido láctico. Las plantas y los hongos, por otro lado, transforman el piruvato en alcohol.
El ATP se compone de un nucleótido de adenina, un azúcar ribosa y tres grupos fosfato, y funciona como la moneda de energía de la célula. Durante el paso seis de la glucólisis, dos átomos de hidrógeno y dos protones, o iones de hidrógeno, se extraen del azúcar. El segundo a último paso de la glucólisis implica la pérdida de dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno, formando una molécula de agua, de cada mitad de la molécula de glucosa dividida. Esta agua se absorbe en el citoplasma de la célula. Las bombas en la membrana celular mantienen el equilibrio entre el agua del entorno de la célula y el agua producida durante la respiración celular.