Las ardillas crispan sus colas como un dispositivo de señalización para indicar que están inquietas o sospechosas. La cola de una ardilla es una de sus principales fuentes de comunicación con otras ardillas. Sus colas también se utilizan para el equilibrio y la protección.
Las ardillas siempre están atentas a la señal de depredadores o peligro y si ven que la cola de otra ardilla se contrae, se ponen más alertas. Si una ardilla se acerca a otro del sexo opuesto, su cola a menudo tiembla. Si llueve, nieva o es generalmente frío, la ardilla puede usar su cola para mantenerse caliente y seca. Si hace demasiado calor, la ardilla puede bombear más sangre a la cola para mantener su temperatura corporal baja.