La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) se creó en 1958 como una agencia encargada de supervisar todos los programas aeroespaciales no militares. Anteriormente, el Comité Consultivo Nacional de Aeronáutica (NACA) se ocupaba de la investigación de cohetes y otras actividades aeroespaciales, pero el lanzamiento soviético de Sputnik hizo evidente que los Estados Unidos necesitaban concentrar sus esfuerzos para evitar quedarse atrás en la carrera espacial. Uno de los primeros objetivos de la NASA fue poner a un hombre en el espacio.
La NASA absorbió a su predecesora NACA, así como a los departamentos aeroespaciales de algunas organizaciones militares. De particular interés fue la Agencia de Misiles Balísticos del Ejército, donde Wernher von Braun estaba trabajando en diseños de cohetes capaces de transportar grandes cargas útiles al espacio. Su experiencia sería fundamental para la organización aeroespacial en ciernes. La incorporación de estas organizaciones en un solo departamento ayudó a reducir las ineficiencias y la duplicación de esfuerzos, permitiendo que las mentes aeroespaciales más brillantes del país trabajen juntas en lugar de competir. La NASA comenzó asumiendo programas no tripulados que habían comenzado en estos otros grupos antes de pasar a la tarea más audaz de enviar a un astronauta humano con el Proyecto Mercury.
Mientras que la NASA se formó como una organización civil, mantuvo estrechos vínculos con los militares. Muchos de los astronautas originales eran pilotos de pruebas militares, familiarizados con los riesgos involucrados en pilotear vehículos experimentales y empujando el sobre en términos de sus capacidades.