Las tortugas marinas están en peligro de extinción por muchas razones, incluida la disminución de la población debido a actividades humanas como la caza furtiva, la pesca comercial y el comercio ilegal, junto con el cambio climático, la contaminación y la erosión. Estas criaturas del océano son valoradas por sus conchas, carne y huevos, lo que hace que la sobre captura sea una de las principales amenazas para las tortugas marinas.
Las tortugas marinas viven en los océanos y las zonas costeras de todo el mundo, incluido Estados Unidos. Como otros animales, algunas especies enfrentan mayores amenazas que otras. El Fondo Mundial para la Naturaleza identifica cinco especies de tortugas de especial preocupación: la tortuga verde, la tortuga baula, la tortuga boba, la tortuga boba y la carey. Sin embargo, muchas otras especies se enumeran a nivel nacional o internacional como amenazadas o en peligro de extinción.
Las tortugas marinas de todas las edades enfrentan amenazas. Las tortugas jóvenes enfrentan los riesgos del calentamiento de las arenas debido al calentamiento global. Las tortugas adultas pueden enredarse en las redes de pesca en el mar, mientras que los adultos y los juveniles pueden quedar atrapados y ser muertos o heridos en el equipo marino costero.
El desarrollo costero amenaza los nidos de tortugas cuando los humanos y las tortugas compiten por el espacio. La iluminación artificial, especialmente en las costas demasiado desarrolladas, obliga a las tortugas a anidar en lugares menos que ideales. La basura y los desechos marinos, en particular las bolsas de plástico flotantes, presentan peligros de asfixia y envenenamiento para las tortugas. Por último, los productos químicos y contaminantes liberados durante los derrames de petróleo y otros desastres afectan negativamente a las tortugas y sus suministros de alimentos.