La atracción gravitacional de la luna garantiza que la Tierra permanezca en una posición constante sobre su eje, a pesar de la forma en que se mueve alrededor del eje. Sin la Luna, la Tierra no podría Girar continuamente y sería inhabitable.
Tanto Júpiter como el Sol tienen fuerzas gravitacionales que tienen la posibilidad de afectar a la Tierra. Estos tirones gravitacionales podrían hacer que la tierra cambiara de posición constantemente y dejaría de funcionar el propósito del eje de la tierra. Estos tirones podrían hacer que las mareas cambien y harían inestable el clima en la tierra. El tirón gravitacional de la luna es capaz de interceptar estos tirones y ayudar a la Tierra a mantener una posición constante sobre el eje.
Es importante tener en cuenta que la luna está perfectamente posicionada en la tierra para ayudarlo a mantener una posición constante. Si estuviera incluso un poco más lejos o si Júpiter estuviera un poco más cerca de la tierra, la atracción de la luna no sería efectiva. Serían tan ineficaces que la posición de la tierra podría variar hasta 90 grados. Marte es un ejemplo de cómo sería la tierra sin la gran luna y las fuerzas gravitacionales que lo acompañan.