Las duchas diarias son importantes para promover una buena higiene. Esto es especialmente cierto para las personas expuestas regularmente a los gérmenes, especialmente en lugares públicos como el metro, escuelas y autobuses. Las personas que hacen ejercicio regularmente o sudan mucho también deben ducharse diariamente.
El baño diario de algún tipo es necesario para evitar olores, infecciones y gérmenes. Las personas que no toman una ducha completa aún deben limpiar ciertas áreas, como la cara, los pies, las axilas y los genitales. No obstante, mantener la limpieza general y una buena higiene personal es importante para mantener un sentido de confianza en sí mismo.
La ducha, especialmente con agua caliente o jabón fuerte, interrumpe la capa de lípidos en la superficie externa de la piel. Las frecuentes duchas con agua caliente hacen que la piel no pueda repararse a sí misma al producir más aceite, lo que puede llevar a la piel seca e irritada. Muchas personas solo necesitan ducharse dos veces en tres días, y algunas se benefician de la ducha solo cada dos días.
Las duchas también eliminan las bacterias útiles. Una capa delgada de células muertas de la piel unidas por los lípidos es en realidad la protección natural de la piel contra los elementos y contra las bacterias dañinas. Esta capa también evita que los químicos penetren en la piel. Los expertos generalmente recomiendan no usar jabones antibacterianos o fuertes durante la ducha para conservar esta capa.