Las personas se hablan a sí mismas para reforzar el pensamiento al exteriorizarlo, mejorar sus recuerdos y animarse mientras realizan tareas difíciles. Sin embargo, cuando el diálogo interno se vuelve obsesivo y continúa en situaciones en las que no es socialmente aceptable, puede ser un síntoma de esquizofrenia.
Muchos niños pequeños se narran su comportamiento o repasan los pasos que deben tomar al realizar tareas como parte natural del proceso de aprendizaje. Los adultos que se animan verbalmente mientras realizan una tarea difícil demuestran una extensión natural del proceso. Los estudios han demostrado que los adolescentes que utilizan el diálogo interno como ayuda mnemotécnica mientras toman exámenes complejos obtienen calificaciones más altas. Otro estudio mostró que si aquellos que buscaban objetos perdidos repetían los nombres de lo que buscaban en voz alta, era más probable que los encontraran.
Las personas que experimentan incertidumbre también hablan consigo mismas. Los estudiantes que no están seguros de lo bien que lo hicieron en un examen tienen más probabilidades de hablar consigo mismos que aquellos que definitivamente pensaron que lo hicieron bien o mal. Sin embargo, los psicólogos advierten que las personas se refieran negativamente a sí mismas cuando hablan a sí mismas ya que refuerzan la baja autoestima. Cuando las personas se hablan a sí mismas como un síntoma de esquizofrenia, a menudo repiten eventos pasados o conversaciones en voz alta.