Según WebMD, la penicilina no se prescribe comúnmente para curar la vaginosis bacteriana. Los antibióticos, como clindamicina, metronidazol y tinidazol, destruyen las bacterias que causan la vaginosis bacteriana.
Ciertos antibióticos utilizados para tratar la vaginosis bacteriana pueden tomarse por vía oral o insertarse en la vagina en forma de crema, gel o supositorio. Los medicamentos vaginales son ventajosos porque causan menos efectos secundarios sistémicos que los medicamentos orales, según WebMD. Se recomienda a las mujeres embarazadas, específicamente aquellas con alto riesgo de parto prematuro, evitar el tratamiento vaginal. La vaginosis bacteriana regresa con frecuencia después del tratamiento, por lo que a veces los médicos recetan medicamentos durante un período de tiempo más prolongado para prevenir la recurrencia.
