Las técnicas no quirúrgicas para tratar los lipomas incluyen inyecciones de esteroides, que reducen el tamaño de un lipoma, y la liposucción, que elimina el bulto graso, según la Clínica Mayo. Debido a que un lipoma generalmente es inofensivo, puede dejarse sin tratamiento.
La liposucción consiste en insertar una aguja unida a una jeringa grande en el bulto y extraerla, explica la Clínica Mayo. Las inyecciones de esteroides a menudo no eliminan completamente el lipoma, pero la técnica se está estudiando actualmente como un tratamiento antes de la cirugía de lipoma.
La mayoría de los lipomas que requieren tratamiento se extirpan quirúrgicamente, afirma la Clínica Mayo. Los bultos rara vez reaparecen después de la cirugía, pero los pacientes pueden experimentar cicatrices y moretones. Una técnica quirúrgica llamada extracción por escisión mínima generalmente produce menos cicatrices.
Los lipomas son bultos de grasa no cancerosos ubicados entre la piel y el músculo, más comúnmente en el abdomen, cuello, hombros, espalda y muslos, según la Clínica Mayo. La mayoría de los lipomas crecen a menos de 2 pulgadas de diámetro. Si un lipoma comienza a crecer o se vuelve doloroso, es posible que los médicos deseen extirparlo.
La historia familiar juega un papel importante en si alguien desarrollará lipomas, afirma la Clínica Mayo. Aunque pueden ocurrir a cualquier edad, la mayoría de las personas desarrollan lipomas entre los 40 y los 60 años. Algunos trastornos, como la adiposis dolorosa o los síndromes de Cowden y Gardner también pueden ser factores de riesgo.