La pérdida excesiva de sangre a corto plazo se caracteriza por un shock hipovolémico y es potencialmente mortal. Según el New York Times, el shock hipovolémico puede ser causado por un trauma, como cortes y quemaduras, además a la diarrea o sudoración profusa.
El shock hipovolémico es causado por una caída en el volumen total de sangre. Esto puede ser el resultado de un sangrado externo o interno, o puede ser causado por una pérdida repentina de otros fluidos corporales, como el sudor. En cualquier caso, el resultado es una pérdida neta de sangre que constituye una emergencia médica aguda. Según el New York Times, los síntomas del shock hipovolémico incluyen piel fría y húmeda, náuseas, debilidad general, respiración acelerada, confusión, incapacidad para orinar y síncope. Cualquiera de estos síntomas merece una llamada para una evaluación médica de emergencia.
La sangre también se puede perder gradualmente. Merck describe los síntomas de la pérdida gradual de sangre como debilidad, fatiga y palidez. También puede ocurrir dificultad para respirar. La hemorragia a largo plazo puede causar anemia. Estos síntomas pueden ser causados por pérdidas prolongadas de pequeñas cantidades de sangre. La sangre perdida de esta manera se conoce como sangre oculta, ya que puede ser difícil de detectar sin un examen médico adecuado.