"Freaking", según Dictionary.com, es un adverbio o forma de adjetivo de monstruo que se usa para enfatizar un punto. En este sentido, no es una mala palabra, pero la profanidad es a menudo contextual.
Dado que "freakin" o "freaking" a menudo se usa como un sustituto menos ofensivo para una palabra más intensa, puede convertirse en un sustituto mental, lo que significa que podría asignarse lingüísticamente el mismo significado o uno similar. Sin embargo, la profanidad ha cambiado con el tiempo, aunque las maldiciones en sí mismas han evolucionado a partir de palabras que podrían considerarse blasfemas o referirse a algún tipo de tabú social.